dimecres, de febrer 08, 2006

Tròpic de Capricorni


Si Déu no és amor, no val la pena que existeixi


Com que tinc una debilitat metafísica cap a l'obra d'Henry Miller i com que sé que per això sóc un incomprés, ja sé que el que avui es porta és la literatura sense substància que parla amb l'intel.lecte (Subjecte + verb+ Predicat, o millor encara, fem una bonica metàfora ben buida: coll de mermelada gelatinosa amb tarongines de la lluna), doncs jo dic no; a mi m'agrada la literatura escrita no amb el cor, sinó amb el cos, amb l'ànima i amb la vida, posant els collons damunt la taula, notant com la sang et corre i te surt de la pell. Potser per això ningú recorda Henry miller, perquè es massa directe, massa contundent, massa humà. Si voleu un heroi, un esteta no cal que en llegiu res, però si busqueu el vostre germà, el germà de Dostoiesvki, de Kerouac, bevinguts. A qui li interessen les històries d'amor vulgars. Miller és un cant a l'Home i la Dona, a la Vida en estat pur, a pèl: sense preservatiu.


"Un hombre escribe para expulsar el veneno que ha acumulado debido a su estilo de vida falso. Está intentando recapturar su inocencia, pero todo lo que logra hacer (escribiendo) es inocular el mundo con un virus de su desilusión. Ningún hombre pondría una sola palabra en un papel si tuviera el coraje de vivir aquello en lo que creía."

En un tiempo pensé que ser humano era el objetivo más alto que podía tener un hombre, pero ahora veo que estaba destinado a destruirme. Hoy me siento orgulloso al decir que soy "inhumano" que no pertenezco a los hombres ni a los gobiernos, que no tengo nada que ver con credos ni principios. No tengo nada que ver con la maquinaria crujiente de la humanidad: ¡Pertenezco a la tierra!. Digo esto con la cabeza reclinada en la almohada y siento los cuernos que me brotan en las sienes. Veo a mi alrededor a todos esos antepasados míos bailando en torno a la cama, consolándome, incitándome, flagelándome con sus lenguas viperinas, sonriéndome y mirándome de reojo con sus siniestras calaveras. ¡SOY INHUMANO!. Lo digo con una sonrisa demente, alucinada y voy a seguir diciéndolo aunque lluevan cocodrilos.

“La mujer raras veces ríe, pero cuando lo hace es como un volcán. Cuando la mujer ríe, lo mejor que puede hacer el hombre es largarse al sótano refugio contra ciclones. Nada quedará en pie ante la carcajada vaginal, ni siquiera el hormigón armado. Cuando se le despierta la capacidad de reír, la mujer puede superar en risa a la hiena o al chacal o al gato montés.